domingo, 10 de junio de 2012

Un aquí, Un Extraño

Y si, se podría decir que me adapté. Ya no miro desde lejos, ni camino camino rápido hacia un punto fijo. Ya no busco con miedo a Orión, ni me desoriento al sentir las llaves en mis bolsillos. Si se podría decir que me "adapte", pero sigo siendo un extraño y siempre lo voy a ser.
Cómo dejar de ser un extraño si mis pies buscan la tierra y mis ojos, la noche. Cómo no ser un extraño, si mi idioma es el del viento y mi voz la de los árboles. Cómo no ser un extraño si mi alma está en trozos y mi espíritu se rehúsa a olvidar. Cómo evitar ser un extraño, si allá, en mi propia tierra, muchas veces lo fui. 
Solo dejando de ser yo, dejaré de ser un extraño aquí; donde esconden la tierra debajo del gris y a la noche, detrás de la luz; donde el idioma es el vacío y las voces, las del silencio; donde las almas caminan de una y los espíritus no saben quién son.
Pero aquí estoy, un extraño entre extraños, que no saben quién soy, que no sé quiénes son, que no saben quién son. Pero aquí estoy, y de un lado al otro voy, porque no importa dónde esté, a ningún lado pertenezco yo. Pero aquí estoy, y ella también. Fiel amiga, soledad, que siempre te acompañaré en este eterno atardecer, todo insólito parece ser. Caminemos juntos, que el tiempo parece no ser, que los colores nos evaden y oscuridad niegan volverse. Caminemos juntos, amiga, que semillas sembré, que semillas sembraré, y creamos en los bosques que crecen donde nadie ve... donde nadie ve...

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